Fue un noble
castellano del siglo XI, huérfano desde pequeño, educado en la corte y vasallo
de Alfonso VI de León y Castilla. Sus relaciones con el monarca fueron difíciles
y alternaron etapas de colaboración con otras de expulsión del reino.
Durante su destierro
de Castilla, Rodrigo creó una hueste de guerreros que luchaban a sus órdenes.
Con ellos estuvo un tiempo al servicio del rey islámico de Zaragoza y los
musulmanes le aplicaron el título de Sidi (señor), deriva el nombre de Cid.
Más adelante, luchó contra
los almorávides y conquistó el reino taifa de Valencia. La personalidad de
Rodrigo Díaz impresionó a los
castellanos y los juglares cantaron sus hazañas, reflejadas en el Cantar de Mio
Cid.
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