Una de las
características distintivas del ser humano es que vive en sociedad
donde organiza su vida en común sobre un territorio.
Aunque no todas las
personas que integran un grupo social se conocen entre si, se
interrelaciona por unos lazos económicos, ideológicos, políticos y
territoriales compartidos, lo que les proporciona una identidad de
pertenencia y un sentido de comunidad.
La organización de una sociedad es algo muy complejo y en ella intervienen muchas variables; las más importantes son:
La economía, es decir, la forma en que se organiza la producción.
La cultura, que incluye elementos como el lenguaje, el arte y la religión.
La tecnología, o la capacidad de disponer de aparatos electrónicos, de medios de transportes y comunicación, etc.
Los valores, como la forma de gobierno y de propiedad, la estratificación social, la familia, etc.
Estas variables evolucionan con el tiempo y cuando una de ellas cambia, acostumbra a arrastrar a las otras. Si no evolucionan al mismo ritmo, a menudo se producen desajustes en la organización social.
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